"Ese turrón lo probé en un pastel que hicimos en una clase de cocina con la Olga para el día de la madre. Y me encantó. Una gran chef la Olga de Cáceres. Dedicada a la enseñanza. Nunca se guardó ningún secreto de cocina. Todo nos lo enseñó. Todos los sábados hacíamos un plato salado y uno dulce. Claro que en la clase nos comíamos la mitad de los ingredientes. Cuando llegaba decía <<Ay ya se comieron las aceitunas, las guindas...!>> Y siempre tenía que sacar más. Ella estaba preparada para eso porque sabía que nos lo íbamos a comer. Éramos patojitos. Yo tenía 10 o 11 años. Nos comíamos todo.

   Ella nos enseñó a disfrutar de una buena comida. No solo en cuanto a la calidad, sino a que ésta entraba por los ojos. Ella se esforzaba mucho en presentar los platos lo más bonito que se pudiera. Que fuera agradable a la vista. Todas sus recetas son exactas. Lo que enseñó, lo enseñó de corazón. Una de las cuestiones que influyó en mí, fue recibir esas clases con ella. Cubrió todos los aspectos: sopas, carnes, postres, entremeses, ensaladas."

 -La Cush-

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